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Kohelet Capítulo 11 - La juventud se desperdicia en los jóvenes

El viaje de la vida (en inglés: The Voyage of Life) es una serie de cuatro cuadros realizados por el pintor Thomas Cole. Datan de 1842 y se encuentran en la Galería Nacional de Arte, en Washington D. C. Los cuatro cuadros representan el ciclo de la vida humana: infancia, juventud, madurez y vejez, en forma de un viajero que surca en barca un río (la vida) guiado por un ángel custodio.

Analizaremos la juventud y luego la vejez:

A medida que el libro de Kohelet llega a su fin, no deberíamos asombrarnos finalmente que Kohelet reflexiona una vez más sobre la finitud de la vida. Por primera vez explícitamente se enfoca en la temática del "envejecimiento" y nos introduce de manera más clara que antes sobre el final de la vida. En este final del capítulo 11 Kohelet nos prepara para las pérdidas físicas que acompañan la vida explorando los placeres de la juventud. Cuando llegamos al capítulo 12 la vejez presiona sobre el autor quien describirá el deterioro inevitable del cuerpo. Pero antes de eso, un último suspiro para abrazar la juventud:

(ט) שְׂמַ֧ח בָּח֣וּר בְּיַלְדוּתֶ֗יךָ וִֽיטִֽיבְךָ֤ לִבְּךָ֙ בִּימֵ֣י בְחוּרוֹתֶ֔יךָ וְהַלֵּךְ֙ בְּדַרְכֵ֣י לִבְּךָ֔ וּבְמַרְאֵ֖י עֵינֶ֑יךָ וְדָ֕ע כִּ֧י עַל־כׇּל־אֵ֛לֶּה יְבִֽיאֲךָ֥ הָאֱלֹהִ֖ים בַּמִּשְׁפָּֽט׃ (י) וְהָסֵ֥ר כַּ֙עַס֙ מִלִּבֶּ֔ךָ וְהַעֲבֵ֥ר רָעָ֖ה מִבְּשָׂרֶ֑ךָ כִּֽי־הַיַּלְד֥וּת וְהַֽשַּׁחֲר֖וּת הָֽבֶל׃

(9) ¡Oh juventud, disfruta mientras eres joven! Deja que tu corazón te guíe hacia el placer en los días de tu juventud. Sigue los deseos de tu corazón y las miradas de tus ojos, pero ten en cuenta que Dios te pedirá cuentas por todas estas cosas. (10) Aleja las preocupaciones de tu mente y arranca la tristeza de tu cuerpo, porque la juventud y el cabello negro son pasajeros.

(א) וּזְכֹר֙ אֶת־בּ֣וֹרְאֶ֔יךָ בִּימֵ֖י בְּחוּרֹתֶ֑יךָ עַ֣ד אֲשֶׁ֤ר לֹא־יָבֹ֙אוּ֙ יְמֵ֣י הָֽרָעָ֔ה וְהִגִּ֣יעוּ שָׁנִ֔ים אֲשֶׁ֣ר תֹּאמַ֔ר אֵֽין־לִ֥י בָהֶ֖ם חֵֽפֶץ׃ (ב) עַ֠ד אֲשֶׁ֨ר לֹֽא־תֶחְשַׁ֤ךְ הַשֶּׁ֙מֶשׁ֙ וְהָא֔וֹר וְהַיָּרֵ֖חַ וְהַכּוֹכָבִ֑ים וְשָׁ֥בוּ הֶעָבִ֖ים אַחַ֥ר הַגָּֽשֶׁם׃

(1) Aprecia tu vigor en los días de tu juventud, antes de que lleguen los días de aflicción y los años en los que dirás: "No encuentro placer en ellos"; (2) antes de que el sol, la luz, la luna y las estrellas se oscurezcan, y las nubes regresen después de la lluvia.​​​​​​​

Kohelet parece asociar la juventud con un tiempo de fuerza física, energía y el deseo por entretenimiento y diversión. En otro pasaje anterior, en el capítulo 9, Kohelet tambien enfatizó la vitalidad de la juventud por sobre la muerte:

(ד) כִּי־מִי֙ אֲשֶׁ֣ר (יבחר) [יְחֻבַּ֔ר] אֶ֥ל כׇּל־הַחַיִּ֖ים יֵ֣שׁ בִּטָּח֑וֹן כִּֽי־לְכֶ֤לֶב חַי֙ ה֣וּא ט֔וֹב מִן־הָאַרְיֵ֖ה הַמֵּֽת׃ (ה) כִּ֧י הַֽחַיִּ֛ים יוֹדְעִ֖ים שֶׁיָּמֻ֑תוּ וְהַמֵּתִ֞ים אֵינָ֧ם יוֹדְעִ֣ים מְא֗וּמָה וְאֵֽין־ע֤וֹד לָהֶם֙ שָׂכָ֔ר כִּ֥י נִשְׁכַּ֖ח זִכְרָֽם׃ (ו) גַּ֣ם אַהֲבָתָ֧ם גַּם־שִׂנְאָתָ֛ם גַּם־קִנְאָתָ֖ם כְּבָ֣ר אָבָ֑דָה וְחֵ֨לֶק אֵין־לָהֶ֥ם עוֹד֙ לְעוֹלָ֔ם בְּכֹ֥ל אֲשֶֽׁר־נַעֲשָׂ֖ה תַּ֥חַת הַשָּֽׁמֶשׁ׃ (ז) לֵ֣ךְ אֱכֹ֤ל בְּשִׂמְחָה֙ לַחְמֶ֔ךָ וּֽשְׁתֵ֥ה בְלֶב־ט֖וֹב יֵינֶ֑ךָ כִּ֣י כְבָ֔ר רָצָ֥ה הָאֱלֹהִ֖ים אֶֽת־מַעֲשֶֽׂיךָ׃

(4) Porque quien está unido a todos los vivos tiene algo por lo que esperar, pues incluso un perro vivo es mejor que un león muerto. (5) Porque los vivos saben que morirán, pero los muertos no saben nada; ya no tienen recompensa, porque incluso su memoria ha desaparecido. (6) Sus amores, odios y celos hace tiempo que perecieron; y ya no tienen parte alguna en todo lo que sucede bajo el sol hasta el fin de los tiempos.

(7) Ve, come tu pan con alegría y bebe tu vino con regocijo, porque tus acciones fueron aprobadas por Dios hace mucho tiempo.

Con las imperfecciones de la vida misma, la vida sigue teniendo una ventaja por sobre la muerte según Kohelet: "la espera" (la anticipación o el deseo). Lo que sucede es que el deseo o la anticipación están "normalizadas en silencio" dentro nuestro hasta que se logran (o no) y somos conscientes que allí están.

Lo que le sucede a "la juventud" es que su naturaleza no le permite ser consciente de las consecuencias del paso del tiempo. De hecho, la consciencia del paso del tiempo es lo que lo va sacando a uno de "la juventud". Por eso crecer duele. "Juventud" actúa sin preocupación por las consecuencias. No piensa a largo plazo. Como no puede "juventud" experimentar el peso de "adultez" tampoco puede apreciar la libertad que tiene hasta que la pierde. Por eso el título de este estudio corresponde a una frase de Bernard Shaw: "la juventud se desperdicia en los jóvenes". Esto implica que los jóvenes desperdician el tiempo porque justamente no han desarrollado la madurez del paso del tiempo. Por supuesto no podemos culparlos por eso porque eso es justamente lo que los hace ser jóvenes. La madurez y la vejez saben juzgar el uso apropiado del tiempo.

De todas maneras, Kohelet parecería aquí tener un sesgo romántico e idealizado de la juventud. La juventud también involucra ciertas cosas que no son ideales: presión social, cambios en el cuerpo, ausencia de auto-conciencia o conocimiento de uno mismo y la imposibilidad de "liberarse" de los padres o adultos. Al mismo tiempo, envejecer también trae ciertos privilegios como sabiduría acumulada, libertad emocional, relaciones más profundas, tiempo para lo importante, reflexión espiritual, menos presión social (uno empieza a darse cuenta que le importa menos lo que hacen o dicen los demás) y capacidad de disfrutar del legado. Pero Kohelet está atrapado en la decrepitud del cuerpo.

La segunda sección de 11:9 parecería ser contraría a la enseñanza tradicional judía que recitamos todos los días al mirar las tzitzit:

(ט) שְׂמַ֧ח בָּח֣וּר בְּיַלְדוּתֶ֗יךָ וִֽיטִֽיבְךָ֤ לִבְּךָ֙ בִּימֵ֣י בְחוּרוֹתֶ֔יךָ וְהַלֵּךְ֙ בְּדַרְכֵ֣י לִבְּךָ֔ וּבְמַרְאֵ֖י עֵינֶ֑יךָ וְדָ֕ע כִּ֧י עַל־כׇּל־אֵ֛לֶּה יְבִֽיאֲךָ֥ הָאֱלֹהִ֖ים בַּמִּשְׁפָּֽט׃

(9) ¡Oh juventud, disfruta mientras eres joven! Deja que tu corazón te guíe hacia el placer en los días de tu juventud. Sigue los deseos de tu corazón y las miradas de tus ojos, pero ten en cuenta que Dios te pedirá cuentas por todas estas cosas. (10) Aleja las preocupaciones de tu mente y arranca la tristeza de tu cuerpo, porque la juventud y el cabello negro son pasajeros.

(לט) וְהָיָ֣ה לָכֶם֮ לְצִיצִת֒ וּרְאִיתֶ֣ם אֹת֗וֹ וּזְכַרְתֶּם֙ אֶת־כׇּל־מִצְוֺ֣ת יְהֹוָ֔ה וַעֲשִׂיתֶ֖ם אֹתָ֑ם וְלֹֽא־תָת֜וּרוּ אַחֲרֵ֤י לְבַבְכֶם֙ וְאַחֲרֵ֣י עֵֽינֵיכֶ֔ם אֲשֶׁר־אַתֶּ֥ם זֹנִ֖ים אַחֲרֵיהֶֽם׃ (מ) לְמַ֣עַן תִּזְכְּר֔וּ וַעֲשִׂיתֶ֖ם אֶת־כׇּל־מִצְוֺתָ֑י וִהְיִיתֶ֥ם קְדֹשִׁ֖ים לֵאלֹֽהֵיכֶֽם׃

39) Ese será el tzitzit; míralo y recuerda todos los mandamientos de Hashem y cúmplelos, para que no sigas tu corazón y tus ojos en su impulso de lujuria. (40) Así serás recordado para cumplir todos Mis mandamientos y ser santo para tu Dios.

Efectivamente el texto parecería sabotear la mitzvá y sin embargo Kohelet agrega a continuación a sugerir que uno de rienda suelta a sus deseos durante la juventud que: "...pero ten en cuenta que Dios te pedirá cuentas por todas estas cosas." O sea que esto sugiere una especie de goce siempre encuadrado en la moderación. Rashi nos ayuda a entender mejor esta aparente contradicción textual enfatizando la misma idea:

(א) שְׂמַח בָּחוּר בְּיַלְדוּתֶךָ. כְּאָדָם שֶׁאוֹמֵר לְעַבְדּוֹ וְלִבְנוֹ: "חֲטָא, חֲטָא, כִּי פַעַם אַחַת תִּקְלֶה עַל הַכֹּל. אַף כַּאן הֶחָכָם אָמַר, "שְׂמַח בָּחוּר בְּיַלְדוּתֶךָ. . . וְהַלֵּךְ בְּדַרְכֵי לִבְּךָ", וּבָטוּחַ תִּהְיֶה "כִּי עַל כָּל אֵלֶּה יְבִיאֲךָ" הַשׁוֹפֵט "בַּמִּשְׁפָּט":

(1) Alégrate, joven, en tu juventud. Como quien dice a su siervo o a su hijo: "Persiste en pecar, pero [ten en cuenta] que serás castigado de un solo golpe por todos [tus pecados]." De manera similar, el sabio dice: "Alégrate, joven, en tu juventud... sigue los caminos de tu corazón," pero ten presente que "por todas estas cosas," el Juez "te llevará a juicio."

Tal vez la genialidad de este pasaje es que no priva a la juventud de desafiar la autoridad o intentar provocar el status quo (quizás estas dos cosas -desafiar autoridad y provocar el status quo- sean una definición de ser "joven"). Dice que hagas y vivas lo que tienes que vivir y hacer. Solo recuerda leer el "disclaimer" o esos * que nadie nunca lee: Kohelet te lo advirtió.

Finalmente el capítulo 11 concluye con la imagen más evidente de la vejez:

(י) ... כִּֽי־הַיַּלְד֥וּת וְהַֽשַּׁחֲר֖וּת הָֽבֶל׃

la juventud y el cabello negro son pasajeros.

(ב) ומלת שחרות. מן כי עלה השחר כי דמה ימי השחרות לשחר כשיבקע כענין אז יבקע כשחר אורך

(ב) "La palabra 'juventud' (shajarut)": Deriva de "porque ha salido el alba" (shajar), comparando los días de la juventud con el amanecer, como en la expresión "entonces tu luz irrumpirá como el alba."

(כז) וַיֹּ֣אמֶר שַׁלְּחֵ֔נִי כִּ֥י עָלָ֖ה הַשָּׁ֑חַר וַיֹּ֙אמֶר֙ לֹ֣א אֲשַֽׁלֵּחֲךָ֔ כִּ֖י אִם־בֵּרַכְתָּֽנִי׃

(27) Entonces él dijo: “Déjame ir, porque está amaneciendo.” Pero él respondió: “No te dejaré ir, a menos que me bendigas.”

Después de pelear toda la noche algo cambia para siempre en Iaacov. Ya no volverá (literalmente) a caminar igual. La juventud es una llegada y al mismo tiempo un pasaje hacia una nueva etapa que ya no es la niñez y que implicará eventualmente la transformación en un amanecer que dará paso hacia una oscuridad.

Al mismo tiempo, es importante recordar que la vejez en nuestra tradición no necesariamente tiene la connotación de algo malo:

(לא) עֲטֶ֣רֶת תִּפְאֶ֣רֶת שֵׂיבָ֑ה בְּדֶ֥רֶךְ צְ֝דָקָ֗ה תִּמָּצֵֽא׃

(31) Las canas son una corona de gloria; se obtienen por el camino de la justicia.

(כט) תִּפְאֶ֣רֶת בַּחוּרִ֣ים כֹּחָ֑ם וַהֲדַ֖ר זְקֵנִ֣ים שֵׂיבָֽה׃

(29) La gloria de los jóvenes es su fuerza; la majestad de los ancianos son sus canas.

Al mismo tiempo, uno de los pasajes más preciosos sobre el cabello blanco del Tanaj expresa la noción que Dios no olvida a nadie:

(ד) וְעַד־זִקְנָה֙ אֲנִ֣י ה֔וּא וְעַד־שֵׂיבָ֖ה אֲנִ֣י אֶסְבֹּ֑ל אֲנִ֤י עָשִׂ֙יתִי֙ וַאֲנִ֣י אֶשָּׂ֔א וַאֲנִ֥י אֶסְבֹּ֖ל וַאֲמַלֵּֽט׃ {ס}

(4) Hasta que envejezcas, seguiré siendo el mismo;

cuando te pongas canoso, yo seré quien te lleve;

yo fui el Creador, y seré el Portador;

te llevaré y te rescataré.

EB cita a continuación el libro de Erich Fromm, El Arte de Amar, mostrando que la única forma de lograr el amor profundo y maduro es superando el estadio narcisista que define generalmente a los niños y los jóvenes.

El trabajo interno del envejecimiento es duro. Habrá un ajuste de cuentas, las deudas creadas por las faltas infantiles deben ser pagadas. Nos liberaremos de viejas cargas pero temeremos las nuevas que nos traiga la edad. El cabello se volverá gris; el futuro será incierto y esta incertidumbre creará inseguridad. El tiempo también será un maestro que define y refina las prioridades y convierte las preocupaciones triviales en la aceptación de las limitaciones. El crecimiento es opcional.

Aquí volvemos a la palabra inicial de Kohelet, el llamado al joven que comienza esta sección: ¡Bajur! ¡Joven! Kohelet puede invocarlo precisamente porque cree que tiene la sabiduría y experiencia para hacerlo. Es Job quien, a pesar de todo su sufrimiento, comprende el don de la vejez cuando pregunta retóricamente: "¿No se encuentra sabiduría entre los ancianos? ¿No trae entendimiento la longevidad?" (Job 12:12). Aunque Kohelet se desespera por su edad, ésta lo ha llevado a un lugar donde puede ser lo que George Vallient llama "el guardián del significado". Vallient, un psiquiatra, dirigió el estudio de treinta y cinco años de Harvard sobre el desarrollo de los adultos y se volvió personalmente más consciente de los beneficios del envejecimiento:

"Contrariamente a todas las expectativas, parece que me vuelvo más feliz a medida que envejezco. Creo que a los Estados Unidos se les ha vendido la teoría de que la juventud es maravillosa pero la vejez es un terror. Por el contrario, me ha llevado sesenta años aprender a vivir razonablemente bien, a hacer mi trabajo y a afrontar mis deficiencias. Para mí, la juventud fue una época desdichada - padres enfermos, pobreza relativa, las miserias de aprender una profesión, un matrimonio erróneo, dudas sobre uno mismo, alcoholismo y torpezas. La vejez es saber lo que hago, el respeto de los demás, una base financiera relativamente sana, una esposa amorosa y la comprensión de que lo que no puedo vencer, lo puedo soportar."

Kohelet nos lleva a una conversación entre edades en el capítulo 11. Imaginamos a un anciano sentado con un joven varias décadas menor que él. Mientras aconseja al joven que aproveche cada oportunidad y placer que se le presente dentro de lo razonable y con responsabilidad, el anciano sonríe y piensa en su juventud con nostalgia. Pero entonces, tal vez, antes de hablar, suspira y comprende que tal vez haya sido creado para este preciso momento: para transmitir todo lo que estos años le han enseñado.

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